Tras haber pasado 44 días recorriendo Sicilia y con los disparos constantes de Estrómboli como banda sonora, decidimos poner rumbo a la península italiana. Sicilia nos ha enamorado y ya tenemos mil ideas para volver y seguir descubriendo esta increíble isla. Pero ahora nos toca navegar hacia Maratea, Cilento y la Costa Amalfitana... Gero arte Sicilia!
21 de junio a las 5:00 am: suena la alarma, aun estamos cansados de la caminata hasta el volcán la noche anterior. Arrancamos motor, encendemos instrumentos y VHF y nos liberamos de la boya en la que hemos pasado la noche... nuevo rumbo: Sapri, que es una ciudad en el sur de la Campania. Tenemos 80 millas para llegar a nuestro destino, y hemos decidido madrugar para poder llegar y echar el ancla con la luz del sol.
Tuvimos buen parte meteorológico, que se cumplió. Cuando llegamos a Sapri, las condiciones eran tranquilas, echamos el ancla frente al pueblo, tomamos una cerveza fresca y nos relajamos. Los siguientes días tuvimos unas condiciones excelentes (aunque húmedas) en Sapri, donde decidimos quedarnos mientras trabajábamos fondeados . Flavio fue una vez con el paddel a tierra para tirar la basura, yo decidí no pisar tierra firme.
Maratea: la perla del Tirreno
Maratea está situada en la provincia de Potenza, en la región de Basilicata, es la única ciudad de esta región que da al mar. Es conocida como "la perla del tirreno" o también, por el considerable número de iglesias "la ciudad de las 44 iglesias". Fuimos a comprobar si dicha denominación era merecida ya que habíamos visitado ya Ustica "la perla negra del mediterráneo".
Esos días hizo un bochorno muy pesado, había mucha humedad y el cielo no estaba despejado debido a la bruma que caía. El pueblo de Maratea está en una colina y la verdad que es un poco difícil acceder a él, ya que en el puerto, no hay ningún local para alquilar un vehículo, taxis no vimos ni uno y debía haber un autobús que pasaba pero.. tras más de 50 min de espera, decidimos hacer la ascensión a pie… a las 3 de la tarde, resultado: nos tuvimos que parar 10 min en la entrada del pueblo y quitarnos las camisetas para ver si eso se secaba un poco… ¡buen comienzo! Maratea es un pueblo pequeño y con encanto, con una calle principal que lo atraviesa y está llena de pequeños restaurantes y negocios y como ya hemos indicado antes, tiene una iglesia a cada paso que das, aunque tenemos que decir que no vimos 44 ni queriendo.
Policastro, Palinuro y la Costa Amalfitana
No teníamos un plan muy detallado para las próximas semanas. El objetivo principal era ir navegando hacia el norte . Así que pusimos rumbo a la Costa Amalfitana, haciendo algunas paradas en Baia degli Infreschi , donde decidimos pasar la noche en la boya en la hermosa Cala Bianca , a pocos kilómetros de Marina di Camarota.
Al día siguiente, navegamos por Capo di Palinuro y su faro (el faro italiano más alto, que se encuentra a 206 metros sobre el nivel del mar) y luego continuamos navegando hacia el norte para llegar a Cetara, un pequeño y encantador pueblo en la Costa Amalfitana . Atracamos en el puerto pequeño y concurrido e inmediatamente nos fuimos a dar un paseo para descubrir los alrededores.
La primera impresión de la Costa fue positiva: Cetara se caracteriza por ser un pueblo de pescadores (especialmente de atún) y aún conserva esta antigua tradición, la mayoría de los restaurantes basan su oferta gastronómica utilizando anchoas y atunes como ingredientes en sus principales recetas. Nos tocó cenar rápido ya que jugaba Italia contra Austria en la Eurocopa 2020, ¡no hay duda de que la gente de la Campania se encuentra entre las más ruidosas y divertidas que puedes encontrar en Italia!
Teníamos pensado pasar una semana entera descubriendo la Costa, ya que después de verla en mil películas, era un sitio al que siempre había querido viajar, pero rápidamente cambiamos nuestro plan. Para ser honesta, no disfrutamos demasiado el tiempo que pasamos en la Costa Amalfitana, había demasiados barcos moviéndose siempre a alta velocidad, lo que hacía que cualquier fondeo fuera extremadamente desagradable e incómodo : El barco se balanceaba constantemente, nunca tuvimos esa sensación de estar rodeados de la naturaleza, más bien sentimos que teníamos que tratar de escapar de tanto bullicio.
Decidimos visitar algunos pueblos y continuar nuestro viaje hacia el norte visitando algunas islas más tranquilas. Solo estuvimos 4 días en la zona, aun así pudimos ver algunos de sus principales pueblos como Amalfi, Minori y Positano (aparte de Cetara). Debo decir que estábamos realmente asombrados por la belleza de Amalfi . La experiencia también fue única en cierto modo: a pesar de tener un puerto de tamaño decente, preferimos aprovechar al máximo el muelle público, por lo que pedimos permiso a la Capitanía del Puerto local que nos dejó amarrar desde las 7 pm hasta las 7 am. Éramos el único barco en el muelle público que estaba a solo unos metros del magnífico centro de la ciudad (teníamos un gran número de personas mirándonos mientras echábamos el ancla y amarrábamos con cabos en popa en el muelle).
La ciudad fue la capital de la república marítima conocida como el Ducado de Amalfi, una importante potencia comercial en el Mediterráneo entre 839 y alrededor de 1200. La Catedral de San Andrés (Duomo) es el corazón de Amalfi y representa un obra maestra arquitectónica. La catedral data del siglo XI; su interior está adornado en estilo barroco tardío con una nave y dos pasillos divididos por 20 columnas. La fachada de la catedral es de estilo bizantino y está adornada con varias pinturas de santos, incluido un gran fresco de San Andrés.
¿Recomendamos visitar la Costa Amalfitana en barco? Realmente no creemos que sea un buen destino para navegar por todas las razones explicadas anteriormente, pero también por la falta de una bahía protegida: toda la zona está expuesta a vientos del sur, oeste e incluso del norte. Pero lo que hace que la costa sea poco atractiva es el hecho que tiene un enfoque demasiado turístico. En las guías turísticas te hablan del azul de sus aguas... nosotros no lo hemos podido apreciar.