No hay duda de que preferimos explorar islas en lugar de la costa peninsular: al menos en esta parte del Mediterráneo, las islas tienden a ofrecer muchas más opciones para los barcos cuando se trata de fondear. En este “episodio” te llevamos a algunas de las islas más bonitas que hemos visitado este año.
Después de pasar otra noche al ancla frente a Amalfi (sin apenas dormir), nos levantamos a las 5 am, desayunamos rápido y navegamos a lo largo de la costa de Amalfi: una vez más nos dirigimos hacia el norte. Decidimos saltarnos Capri y Sorrento, ya que supusimos que encontraríamos el mismo caos con el que tuvimos que lidiar en la Costa Amalfitana.
Prócida
Cruzamos el golfo de Nápoles y llegamos a la isla de Prócida, donde a las 10:00 am ya estábamos atracados en Chiaiolella en el Prócida Yachting Club: un puerto natural realmente pequeño y agradable, al oeste lado de la isla e imposible de pronunciar para alguien no italiano.
Prócida, junto con Ischia, Vivara y Nisida, forma parte de las Islas Flegreas. En Prócida estuvimos 3 días compaginando trabajo y visitas. Uno de los lugares que más nos gustó fue Corricella, el pueblo más antiguo de Prócida.
Corricella está dispuesta en un anfiteatro sobre el mar y rodeada de redes. En el muelle, el pequeño pueblo de pescadores es un lugar tranquilo y atractivo. Para los amantes del cine: Corricella ha aparecido en más de 30 películas, incluidas El cartero de Neruda (Il Postino), El talento de Mr. Ripley y Cleopatra.
Prócida ha sido elegida para el año 2022 capital italiana de la cultura, así que si necesitáis información útil sobre los eventos, os dejamos un link para que podáis ver los eventos que se organizarán durante todo el año: procida2022.com
Ischia
De Prócida saltamos a Ischia, la isla más grande de este archipiélago napolitano. Es una isla volcánica, que no hace muchos años, ha sufrido varios terremotos. Es conocida por sus termas naturales y sus pozos con agua hirviendo en medio del mar. Y qué mejor forma de llegar a esta isla, que en velero y divisando a lo lejos el majestuoso Castello Aragonese, emblema de la isla que fue construido por Herón I de Siracusa en el año 474 d.c.
Fondeamos junto al castillo para admirar mejor su genialidad. Descubrimos que, no muy lejos de donde echamos el ancla, sumergida a 9 metros en el agua, se encuentra Aenaria: la pequeña Atlántida, una antigua ciudad romana que sigue siendo hoy un lugar lleno de misterio. Para los romanos, Aenaria era un importante centro industrial: aquí se procesaba arcilla, hierro, cobre y plomo.
Pasamos varios días en Ischia, y tenemos que agradecer a los puertos, que durante el día, te dejaban amarrar para poder visitar los diferentes pueblos, esto nos dio la oportunidad de hacer bastante turismo y conocer a la gente de la isla. En una de estas incursiones a tierra, intentamos vacunarnos de la 2ª dosis del Covid-19 sin éxito, pero a cambio, nos paramos a comer en un restaurante de Ischia Porto “ dal Calabrese ", donde tuvimos el placer de conocer a Chiara, una señora muy ligada al mar, por lo que estaba muy interesada en conocer nuestras historias.
Chiara fue muy amable en todo momento, nos preguntó dónde íbamos a ver el partido de la Eurocopa, ya que era la semifinal y jugaba Italia, le dijimos que no habíamos conseguido sitio en el puerto, así que no dudó un momento, llamó a Capitanería del Porto donde conocía a todos, y nos dieron permiso para amarrar en la gasolinera.
Así que a las 8pm estamos amarrados en la gasolinera y listos para ir a ver la semifinal. Ganó Italia, así que sobre todo para Fla, fue un día perfecto!
Al día siguiente navegamos hasta el cercano pueblo de Lacco Ameno y fondeamos a 500 metros del pequeño puerto. Remamos hasta la orilla y disfrutamos de la sfogliatella napoletana, un dulce relleno con una mezcla parecida a una natilla, azúcar, ricotta, huevos, cáscaras de cítricos confitadas y un toque de canela...im-presionante!
Antes de comer, continuamos nuestro viaje por Ischia y llegamos a Forio, en el lado occidental de la isla. Forio es uno de los lugares favoritos entre los visitantes de la isla tanto por la belleza de sus playas como por su encantador centro histórico con nobles palacios, tiendas de arte y pequeñas boutiques artesanales.
Algunas de las visitas obligadas en Forio son las torres de vigilancia sarracenas y varias iglesias históricas, como la Chiesa del Soccorso, Santa Maria di Visitapoveri y la Basílica Papal de San Vito Martire, conocida simplemente por los lugareños como la Iglesia de San Vito.
Por la tarde,navegamos hasta Seno di San Montano, en el extremo norte de Ischia: una bahía rodeada por el parque hidrotermal de Negombo con varias piscinas de aguas marinas y termales.
Antes de dejar Ischia, queríamos visitar la zona sur: pasamos un día fondeados en la bahía de San Pancrazio para resguardarnos de unos fuertes vientos del norte. La bahía ofrece una excelente protección gracias a sus altos acantilados: el viento no lo notamos apenas, pero sí la música y risas de las embarcaciones locales.
Al día siguiente, navegamos hasta el cercano pueblo de Sant'Angelo, nuestra última parada en Ischia. Sant'Angelo es un pueblo pequeño pero realmente hermoso construido junto a una roca gigante con una pequeña franja de playa que une las dos partes del pueblo. Estoy segura de que Sant'Angelo es imposible de transitar durante la temporada alta, pero en esta época del año (principios de julio) es simplemente perfecto.
Ischia nos ha dejado huella en el corazón. Se siente "algo especial" cuando estás en la isla y conoces a sus habitantes. ¡No dudéis que volveremos encantados!